Butterfly

Por Javier Bocadulce

Las space opera son un concepto que tradicionalmente aglutina ciencia ficción y el género del oeste. En el caso que nos ocupa, la fantasy se adhiere a la ciencia ficción para contarnos una breve, brevísima historia. Tal vez, ni siquiera eso. En un primer acercamiento, se te plantean dudas al afrontar y concluir su lectura: la presentación de Butterfly, una especie de libreto homenaje al folletín- porque no puede tratarse de otra cosa-, eso sí, creando una especie de retrofuturo. El título exacto es:"Butterfly. Opera espacial en 5 cuadros". Se compone de unas cuarenta y tantas páginas, nada sobrecargadas de texto, acompañadas de varias estampas-dibujos, realizados al efecto por David Puertas, en un formato novedoso que aplica las nuevas tecnologías para conseguir el efecto de realidad aumentada; eso sí, si cuentas con la posibilidad del android.

Si conceptuamos el total del que disponemos como una unidad completa, nos damos cuenta inmediatamente de nuestro error: es una especie de capítulo que no cierra el argumento. Se trata de una entrega de sucesos relatados de manera muy atractiva, con un estilo ligero, que no abomina en absoluto del sentido del humor e incluso de lo chabacano, y que aparecen ubicados en el espacio exterior. Según su propio autor, cada tres o cuatro meses, irán apareciendo episodios sucesivos para una trama que promete enganchar.

Así pues, no es que me hayan entrado las prisas por encontrarme con los eventos del fin del mundo ni nada...simplemente, poco se puede contar de un principio de novela de cuarenta páginas. Puestos a ello, habría que referir que sus protagonistas - James, el maduro capitán de una nave en forma de mariposa, con aspecto retro del siglo xix, llamada Butterfly ; y una jovencita con rastas que le acompaña como copiloto - conducen su nave espacial a través de galaxias en parte conocidas, pero también ignotas, alojando en el interior una extraña mercancía: cuatro prófugos de la justicia, por distintos motivos, así como de orígenes dispares. Sólo les une que han dispuesto del suficiente dinero para pagar a estos mercenarios y que los saque del embrollo. Perseguidos por la policía galáctica, habrán de afrontar miles de vicisitudes - se espera, claro -, aunque uno de los primeros escollos trae una primera sorpresa, por lo surrealista del caso. Y es que se supone que estamos en un futuro muy lejano; sin embargo, habrán de vérselas con un auténtico dragón, una entelequia del pasado, para poder llegar a buen puerto, sea éste el que fuere. Teniendo en cuenta que Alarte es conocido por una novela de tipo épico fantasioso de cierto éxito, "El yelmo del caballero", podemos augurar que la aparición del dragón no será testimonial, más aún si tenemos en cuenta que uno de los planetas en el que esperan esconderse es una especie de "Tierra" de la Edad Media, con sus castillos, damiselas y dragones

.

Tal vez, por ello, estemos ante una pequeña muestra de algo interesante. Habrá que esperar, evidentemente. Y, desde luego, constituye un primer acercamiento a una literatura diferente, un camino cada vez más avanzado hacia una narrativa que acabe prescindiendo del papel.


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